Trastornos de la garganta.

Problemas en la garganta, cuerdas vocales, amigdalas, mal aliento y deglución.

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Trastornos en la deglución.


Mal aliento.


Problemas en las amígdalas. Amigdalitis.


Trastornos de la laringe.


Reflujo gastro-esofágico y voz.


Trastornos en la deglución.

Mujer comiendo cereales

Trastornos de la Deglución y su Impacto en la Salud

Los trastornos de la deglución, también conocidos como disfagia, son afecciones que afectan la capacidad de una persona para tragar alimentos y líquidos de manera eficaz y segura. Estos trastornos pueden tener un impacto significativo en la salud personal y pública. La disfagia puede manifestarse de diversas formas, desde dificultades para tragar alimentos sólidos hasta problemas con líquidos. Puede ser causada por una variedad de factores, como enfermedades neurológicas, lesiones en el tracto digestivo, cirugías, y envejecimiento. La disfagia no es infrecuente y afecta a personas de todas las edades, desde bebés hasta ancianos. Las enfermedades neurológicas, como el accidente cerebrovascular y la enfermedad de Parkinson, son causas comunes de disfagia.
Nutrición Inadecuada (eficacia): disfagia puede llevar a una ingesta insuficiente de nutrientes, lo que resulta en desnutrición y pérdida de peso.
Riesgo de Aspiración (seguridad): Las personas con disfagia tienen un mayor riesgo de aspirar alimentos o líquidos hacia los pulmones, lo que puede causar infecciones respiratorias graves.
Calidad de Vida: Los trastornos de la deglución pueden tener un impacto negativo en la calidad de vida, ya que pueden limitar la capacidad de disfrutar de la comida y llevar a la evitación de situaciones sociales.

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Mal Aliento.

mujer cepillando la lengua para prevenir el mal aliento

Mal aliento y bacterias.

La limpieza de la boca luego de cada comida es esencial para prevenir el mal aliento. El uso de hilo dental y el cepillado del paladar duro, los carrillos y la lengua también. Debemos usar cantidades mínimas de pasta (equivalente a un grano de arroz) En especial debemos concentrarnos en la base de la lengua, donde se concentran bacterias que producen compuestos azufrados responsables del mal aliento. Para esto hay cepillos especiales de base de lengua. Esto se puede lograr también con una cuchara raspando hacia adelante y con suavidad esta región posterior de la lengua (en algunas personas la maniobra puede generar arcadas).

imagen de persona con halitosis

Otras causas de mal aliento.

Enfermedades sistémicas como la diabetes, insuficiencia renal, hepática o problemas hematológicos pueden causarlo. Algunas comidas como el ajo, cebolla, pickles, condimentos varios, tabaco y alcohol. Medicamentos cómo las sales de litio, griseofulvina, antihistamínicos, metronidazol, penicilamina, alcohol, diruéticos, sedantes, nitritos, bifosfonatos. Es importante mencionar trastornos psicológicos como la denominada halitosis imaginaria donde el paciente cree que tiene mal haliento pero no lo tiene realmente y la halitofobia que es el temor a tener mal aliento que genera conductas de higiene obsesivas para prevenir la halitosis.

joven mujer chequeando su aliento

Mal aliento.

Si bien el mal aliento matinal que desaparece con el cepillado dental puede ser normal, la persistencia del problema a lo largo del día puede indicar algún trastorno de salud. La mayor parte de los problemas de mal aliento se originan en la boca. Infecciones dentales y de la mucosa bucal, sequedad bucal, úlceras. Otro gran grupo de causas es de la esfera gastrointestinal. Problemas en el esófago como divertículos, esofagitis o en el estómago. Un 10% tiene origen en la esfera otorrinolaringológica (sinisitis, amígdalas, faringitis). Las amígdalas son las causantes del problema en el 3% de los casos. Ver cita.

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Problemas en las amígdalas. Amigdalitis.

Imagen de estreptococo piogenes.

Faringitis por estreptococo.

La faringitis estreptocócica, también conocida como faringitis estreptocócica del grupo A (Streptococcus pyogenes o dorado), es una infección bacteriana de la garganta que, a diferencia de las infecciones virales, generalmente no se asocia con síntomas como congestión nasal, disfonía u otros signos típicos de un resfriado común. En los casos de faringitis bacteriana por estreptococo, el dolor de garganta suele ser intenso y focalizado, con síntomas adicionales que pueden incluir fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos cervicales y exudados amigdalares. El diagnóstico se realiza a través de un hisopado faríngeo para detectar la presencia de antígenos del estreptococo o por cultivo de exudado faríngeo, lo cual permite confirmar la presencia del Streptococcus pyogenes. Este es el método estándar para diferenciarla de otras causas de faringitis, como las infecciones virales que son mucho más comunes. El tratamiento de primera línea para la faringitis estreptocócica es la administración de penicilina por vía oral durante 10 días, ya que sigue siendo eficaz contra el estreptococo del grupo A y rara vez genera resistencia. En pacientes alérgicos a la penicilina, se pueden utilizar otros antibióticos como la amoxicilina, cefalosporinas, clindamicina o macrólidos, dependiendo de la gravedad de la alergia y la respuesta clínica del paciente. No es necesario realizar un segundo hisopado de control para confirmar la erradicación del estreptococo después del tratamiento, ya que hasta un 25% de la población puede ser portadora asintomática de este germen, lo que no representa un problema clínico en ausencia de síntomas . Además, la cirugía de amígdalas (amigdalectomía) no previene la infección recurrente por estreptococo, ya que la faringe puede seguir siendo colonizada por el estreptococo a pesar de la ausencia de las amígdalas. En ciertas personas, como aquellas que han padecido fiebre reumática, es crucial evitar cualquier colonización por estreptococos del grupo A, ya que el riesgo de recurrencia es significativo. En estos casos, se recomienda la administración de penicilina intramuscular mensual de forma continua como medida preventiva (ver cita). .

TAC e imagen de absceso amigdalino

Abscesos en las amígdalas.

Los abscesos periamigdalinos son infecciones dolorosas que se desarrollan alrededor de las amígdalas, generalmente como una complicación de una amigdalitis. Los síntomas típicos de un absceso periamigdalino incluyen dolor de garganta intenso, dificultad para tragar, fiebre, inflamación de las amígdalas, y en algunos casos, la sensación de tener un bulto en la garganta. La voz ronca y la dificultad para abrir la boca completamente también son comunes.El tratamiento inicial suele involucrar antibióticos para combatir la infección. El absceso suele requerir drenaje, lo que implica la eliminación del pus acumulado. Los analgésicos pueden aliviar el dolor y la inflamación. También es importante mantenerse hidratado y descansar. En algunos casos recurrentes, se puede considerar la eliminación de las amígdalas para prevenir futuros abscesos.

cáseum o placas en amígdala derecha

Placas en la garganta. Amigdalitis focal, caseum, tonsilolitiasis.

Algunas personas pueden descubrir que en su garganta existen pequeñas manchas blancas repartidas como un “granizado o nevado” sobre las amígdalas. Estos depósitos son el producto de alimentos, saliva y bacterias que se acumulan en pequeñas invaginaciones de la superficie de las amígdalas, las criptas amigdalinas, útiles para aumentar el área de superficie en contacto con los antígenos de la boca y estimular las defensas del sistema inmune. En raros casos estos acúmulos hacerse sólidos formando cálculos o piedritas. No representan un problema de salud importante. Tampoco una infección que necesite tratarse. En algunos casos pueden causar mal aliento y molestias en la garganta. Si el paciente sufre mucho por los síntomas puede considerarse la cirugía (amigdalectomía) convencional o con radiofrecuencia. Si se sufre dolor, inflamación, sangrado, dificultades para tragar o se observan asimetrías entre una amígdala y la otra debe consultar al médico porque el problema puede ser otro y requerir tratamiento.
Ver cita.

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Problemas vocales.

imagen de hombre hablando con megáfono

Cuidados de la voz.

Una de las opciones para evitar forzar la voz en espacios abiertos, especialmente en profesores de educación física, entrenadores etc, es el uso de un megáfono. A continuación una serie de recomendaciones para prevenir problemas vocales:
Hidratación adecuada: Mantén tu cuerpo bien hidratado bebiendo suficiente agua durante todo el día. La hidratación adecuada es esencial para mantener las cuerdas vocales lubricadas y flexibles.
Evita el tabaco y el alcohol: El tabaco y el alcohol pueden irritar las cuerdas vocales y contribuir a problemas vocales. Evita fumar y limita el consumo de alcohol para mantener una voz sana.
Descansa la voz: Si tu trabajo o actividades implican un uso prolongado de la voz, asegúrate de tomar descansos regulares para permitir que tus cuerdas vocales se recuperen. Evita hablar en voz alta durante largos períodos de tiempo sin descanso.
Calienta la voz: Antes de utilizar tu voz de manera intensiva, realiza ejercicios de calentamiento vocal para preparar las cuerdas vocales y evitar lesiones.
Utiliza técnicas de respiración adecuadas: Aprende a respirar correctamente desde el diafragma para dar apoyo a tu voz. La respiración adecuada es fundamental para una producción vocal saludable y eficaz.
Evita el grito y susurros: Gritar y susurrar en exceso pueden causar tensión en las cuerdas vocales. En su lugar, utiliza un volumen de voz moderado y proyecta desde el abdomen.
Cuida tu salud general: Mantén un estilo de vida saludable que incluya una dieta adecuada (te recomendamos nuestra web de dieta keto) , ejercicio regular y suficiente descanso. Una buena salud general contribuye a una voz sana. Son especialmente importantes el control del reflujo gastro-esofágico y las alergias si existen.
Evita el exceso de tensión vocal: Practica técnicas de relajación para liberar la tensión muscular en el cuello, los hombros y la mandíbula. La tensión excesiva puede afectar negativamente a la calidad de tu voz.
Protege tu voz en entornos ruidosos: En entornos ruidosos, como conciertos o lugares de trabajo ruidosos, utiliza protección auditiva y evita la necesidad de hablar en voz alta para hacerte oír.

docente con un micrófono

Uso de micrófonos en el aula.

El exceso de trabajo vocal puede generar nódulos o disfonía. Es importante generar dinámicas de trabajo en clase que no requieran un excesivo uso vocal. También es útil el uso de un micrófono y un parlante amplificador.

imágen de cuerdas vocales

Estudie sus cuerdas vocales.

Toda disfonía de más de treinta días de duración merece un examen endoscópico. La visualización de las cuerdas vocales por via endoscópica en un procedimiento simple e indoloro que se efectúa en el consultorio y permite diagnosticar patologías vocales.

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Reflujo gastro-esofágico y voz.

mujer con manos sobre el pecho.

Reflujo gastro-esofágico.

El reflujo gastroesofágico (ERGE) es una condición en la cual el ácido del estómago regresa al esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago. El esfínter esofágico inferior (EEI) es el músculo que se encuentra en la parte inferior del esófago y se encarga de cerrar la conexión entre el esófago y el estómago para evitar que el contenido estomacal regrese. Cuando el EEI no se cierra de manera adecuada o se debilita, el ácido del estómago puede regresar al esófago causando irritación y daño en la mucosa esofágica. Esto puede resultar en síntomas como acidez estomacal, dolor en el pecho, regurgitación ácida, tos crónica, dificultad para tragar, sensación de tener un nudo en la garganta, ahogos nocturnos y ronquera. Además de los síntomas típicos del reflujo gastroesofágico, esta condición también puede afectar las cuerdas vocales y la faringe. El ácido del estómago puede alcanzar la garganta y llegar hasta las cuerdas vocales, causando irritación, inflamación y en casos más severos, lesiones en las cuerdas vocales. Esto puede resultar en cambios en la voz como ronquera, voz áspera, dificultad para proyectar la voz y pérdida de la voz. Es importante tratar el reflujo gastroesofágico de manera adecuada para prevenir complicaciones como la afectación de las cuerdas vocales y la faringe. El tratamiento puede incluir modificaciones en la dieta, cambios en el estilo de vida, medicamentos para reducir la producción de ácido estomacal y en casos más severos, cirugía para reforzar el EEI.

limones cortados sobre hojas verdes.

Medir acidez en 24 horas.

La medición del pH de 24 horas es una prueba utilizada para diagnosticar el reflujo gastroesofágico, una condición en la que los contenidos ácidos del estómago se devuelven al esófago y causan síntomas como acidez estomacal, dolor en el pecho y tos crónica. Esta prueba consiste en colocar un pequeño tubo a través de la nariz hasta el estómago, el cual registra el pH del ácido gástrico durante todo un día. De esta manera, se puede determinar si el paciente experimenta episodios de reflujo ácido y la gravedad de los mismos. La medición del pH de 24 horas es importante para el diagnóstico del reflujo gastroesofágico porque permite evaluar el flujo de ácido desde el estómago hacia el esófago a lo largo de un periodo prolongado de tiempo, garantizando una mayor precisión en el diagnóstico y en las decisiones de tratamiento a seguir. De lo contrario una persona puede recibir tratamiento sin sufrir reflujo o a la inversa. No recibir el tratamiento adecuado cuando lo tiene. También permite monitorear la respuesta a los tratamientos. Una vez diagnosticado el reflujo gastroesofágico, además del tratamiento médico o quirúrgco, es importante tomar medidas higiénico-dietéticas para evitar que los síntomas empeoren. Algunas recomendaciones incluyen:
Evitar alimentos que desencadenen el reflujo, como alimentos grasos, picantes, ácidos, café, chocolate y alcohol.
Evitar comer en exceso y consumir comidas pesadas antes de acostarse.
Elevar la cabeza de la cama durante la noche para reducir el reflujo mientras se duerme.
Mantener un peso saludable, ya que el sobrepeso puede aumentar la presión en el estómago y favorecer el reflujo.
Evitar fumar, ya que el tabaco puede debilitar la válvula que regula el flujo del ácido estomacal al esófago.
Realizar ejercicio de manera regular para ayudar a mejorar la digestión y reducir el estrés, que puede empeorar el reflujo.
Si ronca de manera habitual efectuar un estudio para determinar si sufre apnea de sueño. La apnea puede empeorar el reflujo.

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